• Temperatura

La temperatura promedio en Bogotá para el periodo 2009 al primer trimestre del 2024 es de 14.48 °C; evidenciando algunos años más fríos o cálidos, los cuales pueden estar influenciados por diversos fenómenos de variabilidad climática, como el fenómeno ENOS, en sus fases denominadas “El Niño” con aumentos de temperatura y “La Niña” con disminución en la temperatura. En este indicador, se observa una leve tendencia al aumento con datos de 0.006 °C; IC 95 % (0.005 – 0.008); p = 0.00. Con relación a la temperatura máxima se encuentra que la variación es representativa en 0.018 °C; IC 95% (0.015 – 0.022); p = 0.00; con respecto a la temperatura mínima se evidencia un aumento en 0,005 °C; IC 95% (0.000 – 0.009); p = 0.044.

De enero a septiembre del año 2024 la temperatura promedio es de 16 °C, que representó un incremento de 1.5 °C con respecto al promedio multianual. En enero se presenta la temperatura mínima con 2,90 °C y tanto enero como marzo registraron la temperatura máxima con 29.8 °C.

  • Evento Respiratorio ESI – IRAG

La Infección Respiratoria Aguda (IRA) ha sido relacionada con la variabilidad de la temperatura y la humedad relativa, además de otros factores ambientales como la contaminación atmosférica, la acción del viento, las precipitaciones y la presión atmosférica (1). Bogotá se ha caracterizado por tener un régimen con dos temporadas de lluvias, la primera entre marzo y mayo, y la segunda temporada entre septiembre y noviembre. Cabe anotar que estos períodos de precipitaciones para la mayoría de los años 2009 a 2022 mostraron un comportamiento inusual abarcando meses tradicionalmente secos. El análisis de los períodos secos y lluviosos junto con la notificación del evento ESI IRAG (evento 345 SIVIGILA distrital) para los años 2009 a 2019 permite determinar que el 60% de casos se presentan en temporada de lluvias, coincidiendo con estudios realizados que evidencian un patrón estacional en las infecciones respiratorias denominado “picos respiratorios” en los periodos de precipitaciones anteriormente descritos, siendo una de las razones el aumento en la circulación de los virus respiratorios durante las temporadas de incremento regional de las precipitaciones (2).

Del periodo 2009 al 2019, se denota que el año con mayor número de notificaciones es 2009 con 3.773 casos, lo cual se puede relacionar con la pandemia de Influenza virus A H1N1; le siguen el 2010 y el 2011, con 2.592 y 2.158 casos respectivamente, siendo estos mismos años los que muestran mayores registros en la precipitación (10114,6 mm en 2010 y 10640,1 mm en 2011) y el predominio del fenómeno de “La Niña”. Por el contrario, el 2015 registra la menor notificación (545 casos) y se acompaña de la precipitación anual acumulada más baja de estos años (5867,4 mm) y de la presencia del fenómeno climático “El Niño” que atenúa las lluvias.

La notificación para el 2020 (11.161 casos) se ve afectada por la inclusión de casos sospechosos de COVID-19, especialmente durante los meses iniciales de la pandemia (marzo a julio), lo cual hace que los datos de ese año no sean comparables con los datos del histórico del evento. Para el 2021 se registró una notificación de 1.686 casos de IRAG, teniendo en cuenta que por la contingencia de COVID-19 la vigilancia priorizó la adherencia a la definición operativa de este evento respiratorio; el 66% de las notificaciones (1.106 casos) se presentaron en meses lluviosos. En el 2022, los datos señalan 4.278 casos de ESI-IRAG notificados, 82% correspondientes a los meses de febrero a junio y septiembre a diciembre, los cuales se clasificaron como lluviosos.

En cuanto al 2023, se tiene una notificación de 4.080 casos (datos preliminares); 47 % en meses lluviosos, que hacen referencia a enero, marzo, abril, mayo y octubre. Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), para ese año “La Niña” se evidenció en enero, mientras que “El Niño” desde mayo hasta diciembre; estos fenómenos de variabilidad climática favorecen las infecciones respiratorias, en el primer caso mediante el aumento de lluvias y en el segundo, debido a condiciones climáticas que propician temporadas secas las cuales contribuyen a la suspensión de partículas contaminantes en el aire y por tanto afectan la calidad de este.

“La Niña” se presentó desde agosto 2020 hasta enero de 2023, exceptuando los meses de junio y julio 2021, sin embargo, las altas precipitaciones de junio 2021 y de marzo a mayo de 2023 sugieren la presencia de otros fenómenos de variabilidad climática afectando las condiciones meteorológicas de la capital.

De manera preliminar entre enero y septiembre de 2024, se han notificado 4.220 casos de ESI-IRAG, 44% de estos en abril, mayo y junio, meses lluviosos del período.

  • Dengue

El virus del dengue se transmite a los humanos por la picadura de hembras hematófagas de mosquitos del género Aedes. Su distribución es global, particularmente en el trópico y subtrópico, lo que lo convierte en un problema de salud pública. En Colombia, se han reportado epidemias cíclicas cada 3 a 5 años (Instituto Nacional de Salud, 2022), ya que estos mosquitos son responsables de la transmisión de cuatro arbovirosis humanas, siendo el dengue la enfermedad con mayor prevalencia.

Otro factor que contribuye a su proliferación, además del crecimiento poblacional, la migración y la escasez de agua potable, es el cambio climático (Baldi Mata, Hernández Redondo, & Gómez López, 2020). Este fenómeno altera las condiciones atmosféricas de temperatura, lluvia y humedad, favoreciendo el desarrollo del vector y aumentando su área de distribución geográfica a lugares donde antes no se encontraba (Acosta Gómez & Posada Acosta, 2020).

De enero a septiembre del año 2024 se han notificado 1414 casos de dengue en Bogotá provenientes de diferentes regiones del país. Los meses con mayor número de registros han sido hasta la fecha enero (251) y abril (229). Este aumento en los casos notificados coincide con la temporada vacacional de principio de año y Semana Santa, periodos en los que se incrementan los desplazamientos de viajeros hacia territorios donde está presente el vector (Ministerio de Salud, 2020). No obstante, el incremento exponencial de los casos puede deberse a efectos asociados a la variabilidad climática y las transiciones entre fenómenos como el niño o la niña, presentándose un incremento de las precipitaciones, favoreciendo las condiciones y espacios necesarias para la reproducción del vector, aumentando así tasa de incidencia de la enfermedad.

Para evitar el aumento de los casos, es esencial reforzar la vigilancia para identificar rápidamente los casos y minimizar los focos de propagación. Asimismo, se debe fomentar la adopción de medidas preventivas en la población para controlar la posible expansión de la enfermedad.

  • Leptospirosis

La leptospirosis, causada por la bacteria Leptospira interrogans, es una enfermedad zoonótica con alto potencial epidémico. Se transmite a los humanos a través del contacto directo con la orina de animales como ratas, ratones, perros o animales de granja, o indirectamente con agua o entornos contaminados con la bacteria (OPS, 2024). Los brotes de la enfermedad pueden ocurrir luego de fuertes lluvias o inundaciones en lugares donde las personas tienden a nadar o caminar (Bush & Schmidt, 2023).

En Bogotá, durante el año 2023 se notificaron 132 casos de la enfermedad, siendo los meses de enero y mayo los de mayor notificación con 27 y 12 casos respectivamente. Esto coincide con las temporadas de lluvias registradas para esos meses. Junio, julio y agosto fueron los meses con notificaciones más bajas, con 6, 5 y 6 casos respectivamente, coincidiendo con un registro de disminución de precipitaciones en el distrito. Hasta marzo de 2024 se notificaron 37 casos de la enfermedad, 10 casos menos que los reportados para la misma fecha del año anterior. Con el aumento de las lluvias, se prevé un incremento en las notificaciones en el distrito.

A septiembre de 2024 se han notificado 25 casos de leptospirosis en el distrito, reflejando una disminución del 64.29% de los casos reportados a la misma fecha el año anterior.

Pese a que en ambos años se registró un régimen de lluvias similar, La disminución de los casos en el distrito en lo corrido del año, puede estar relacionada con la reducción en la cantidad de encharcamientos que se registraron en 2023 y 2024 hasta el mes de septiembre. En 2023 se reportaron 93 encharcamientos, mientras que en 2024 esta cifra descendió a 58. Estos remanentes de las lluvias son un factor importante en propagación de la leptospirosis, pues proporcionan un ambiente adecuado para la supervivencia de la bacteria Leptospira y al estar contaminados con la orina de animales infectados como roedores, facilitan la transmisión de la enfermedad (Novak, 2024). por tanto, su reducción disminuye significativamente el contacto humano con agua contaminada, reduciendo el riesgo de contagio.

  • Inundaciones y encharcamientos:

Este indicador corresponde a la ocurrencia de inundaciones y encharcamientos notificados en Bogotá del 2007 al primer trimestre de 2024. Es importante resaltar que las inundaciones hacen referencia a láminas de agua mayores de 30 cm y los encharcamientos a láminas de agua menores de este.

En el periodo evaluado tanto las inundaciones como los encharcamientos han presentado un aumento en los meses de mayor precipitación; registrándose los valores más altos en épocas donde estuvo presente el fenómeno de La Niña. En el Distrito, se evidencia que los encharcamientos predominan en comparación con las inundaciones y estas últimas, a partir del año 2013 disminuyeron a tal punto que, en los últimos años, el reporte mayor, no supera los 2 eventos, lo que significa que ha pasado de una intensidad media a muy baja.  En lo relacionado con las personas damnificadas por inundaciones, se observó una disminución a partir del 2013 en tal medida que hay años en los cuales no se evidencian damnificados.

De enero a septiembre de 2024 se reportaron 58 encharcamientos, lo que representa una disminución del 37 % en comparación con los reportes de esta misma época en el 2023, el cual estuvo influenciado, en su primer mes, por “La Niña” con una intensidad débil, razón por la cual estos datos reflejan una posible asociación de este fenómeno con las temporadas de aumento de los encharcamientos.

En lo corrido del 2024 la localidad con más afectaciones a la comunidad es Usaquén.

  • Fenómenos de remoción en masa:

Este indicador evidencia el comportamiento entre las variables Fenómenos de Remoción en Masa – (FRM) y el número de damnificados en Bogotá entre el 2007 y al primer trimestre de 2024.

Se puede apreciar que los FRM experimentan un incremento notable durante los meses de mayor precipitación, alcanzando sus valores más altos en los periodos donde el fenómeno de “La Niña” estuvo presente, particularmente en el 2010 – 2011. Así mismo se observa que la incidencia de eventos de movimientos en masa disminuyó en épocas de verano o baja precipitación.

Cabe resaltar que la fase comprendida entre 2009 a 2012 mostró el mayor reporte de afectaciones por fenómenos de remoción en masa que posiblemente también se encuentran asociados al fenómeno de “La Niña”.

De otra parte, se evidencia que del 2013 al 2016 los registros no superan las 90 notificaciones anuales, coincidiendo con que fueron años “Neutros” o influenciados especialmente por “El Niño”.

A partir del año 2017 se vuelve a notar un incremento progresivo de movimientos en masa hasta el 2022, con excepción del 2018 que presentó una disminución con respecto al año anterior del 32.4 % de eventos de FRM registrados y una disminución del 27 % de personas afectadas.

De enero a septiembre del 2024 este fenómeno afectó especialmente localidades como Ciudad Bolívar (29 %), Rafael Uribe (22 %) y Usme (15 %), registrando un total de 101 familias y 402 personas (tanto adultos como niños), en su mayoría en Ciudad Bolívar y Chapinero.

 

Referencias:
(1) Robles Sánchez, Danny E. Influencia de la temperatura y humedad ambiental en las infecciones respiratorias agudas (IRA) en la ciudad de Huaraz, periodo 2012 – 2016, 2018 [Tesis Doctoral]. Huaraz: Unasam; 2019 [citado 3 Abr 2020]. Disponible en: http://repositorio.unasam.edu.pe/bitstream/handle/UNASAM/3340/T033_71449783_T.pdf?sequence=1
(2) Correal, María; Marthá, Juan; Sarmiento, Rodrigo. Influencia de la variabilidad climática en las enfermedades respiratorias agudas en Bogotá. 2015. Biomédica, 130-138. Disponible en:https://revistabiomedica.org/index.php/biomedica/article/view/2456/2811

2 comentarios sobre “Cambio climático

  • Fabian Serrano R

    Buenas sres SSD, viendo los indicadores debería haber uno que integre la salud ambiental como el visor geográfico de la SDA, para analizar los tiempos actuales y poder tomar acciones desde el seno de la comunidad, caso razonamiento de agua, que van a generar una estadística para el final del año en cuanto a enfermedades gastrointestinales, cuáles son las recomendaciones y acciones para mitigar este evento, entre otros, gracias y saludos

    • Observatorio de Salud de Bogotá

      Buen día Fabian.

      Agradecemos su visita y comentario.

      En respuesta a la inquietud planteada, es necesario aclarar que, de acuerdo con la información presentada en el tablero de cambio climático, se muestra una relación entre las enfermedades sensibles al clima, categorizadas por año, y su vinculación con fenómenos climáticos específicos como “El Niño” y la temporada de lluvias en el distrito.

      A diferencia del visor geográfico de la SDA, que se basa en estaciones de monitoreo, nuestro análisis reconoce que las enfermedades sensibles al clima no pueden ser asociadas a un único punto espacial. Esto se debe a que su incidencia está influenciada por múltiples factores, como el entorno laboral, el hogar y los lugares de ocio que frecuentan las personas, entre otros.

      Por ello en nuestros indicadores se va a encontrar la relación que existe entre el aumento o disminución de las enfermedades sensibles al clima y las variables climatológicas propias del distrito. De esta manera, proporcionamos una visión más completa y precisa del impacto del cambio climático en la salud pública.

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