La Secretaría Distrital de Salud (SDS) se une a la conmemoración del Día Mundial de la Lucha contra la lepra, que se celebra este 31 de enero, con el propósito de presentar los datos y el comportamiento de este evento en el Distrito Capital y sensibilizar a la ciudadanía sobre las causas, los síntomas, las complicaciones y el tratamiento que tiene esta enfermedad.
Una de las prioridades en salud pública que tiene el Ministerio de Salud y Protección Social es la eliminación de la lepra en todo el territorio nacional. Para esto, se ha propuesto como meta, en el Plan Decenal de Salud Pública 2012 – 2021, disminuir la discapacidad severa causada por esta enfermedad y alcanzar una tasa de 0,58 casos por cada millón de habitantes.
En dicha perspectiva, en Bogotá entre los años 2010 y 2019, se han presentado en promedio menos de 1 caso de lepra por cada 10.000 habitantes, alcanzando así la meta propuesta por el Gobierno Nacional y la Organización Mundial de La Salud.
Consulte aquí este y más datos en nuestro indicador. Recuerde que puede filtrar los datos por la localidad de su interés.
LO QUE DEBE SABER SOBRE LA LEPRA
¿Qué es?
También conocida como enfermedad de Hansen, la lepra es una infección crónica originada por la bacteria Mycobacterium leprae, que afecta principalmente a los nervios periféricos, a la piel, a los ojos y a las mucosas de las vías respiratorias altas. La afección se caracteriza por la aparición de lesiones en la piel y provoca daños neurológicos que se traducen en falta de sensibilidad en la piel que se traduce en la imposibilidad de sentir calor, frío y dolor.
¿Cómo se contagia?
La lepra se contagia de persona a persona por un contacto directo y prolongado, calculado aproximadamente entre 3 a 5 años. No es una enfermedad hereditaria y sus principales factores de riesgo son principalmente factores ambientales y sociales como la falta de higiene personal o de la vivienda, una nutrición deficiente y la dificultad para acceder al tratamiento en cuanto se presentan los primeros síntomas.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas característicos se presentan a través de lesiones cutáneas que, en algunos casos, provocan protuberancias deformantes de diversos tamaños y formas. La bacteria afecta además a los nervios periféricos y produce daño neurológico en brazos y piernas ocasionando la pérdida de la sensibilidad en la piel y debilidad muscular. Al perder la capacidad de percibir sensaciones como el dolor, el frío o el calor, los enfermos pueden herirse o quemarse sin darse cuenta.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la lepra se basa en la observación de las erupciones cutáneas características de esta enfermedad: manchas blanquecinas de bordes difusos o bien definidos (según los casos) y carentes de sensibilidad al tacto, al dolor, al frío y al calor, por ello es importante hacer una minuciosa exploración de la sensibilidad cuando el paciente consulta por este tipo de manchas. Tomar una muestra de la piel afectada (biopsia) para analizarla con el microscopio permite confirmar el diagnóstico y establecer el tipo de lepra. Otro signo que puede indicar la existencia de la enfermedad es presentar áreas corporales entumecidas o faltas de sensibilidad, o problemas motores (movimiento) en manos o pies.
Ante cualquier sospecha de lepra es necesario realizar al paciente un examen físico completo que abarque la piel, el sistema nervioso periférico, los ojos, la nariz y la cavidad oral, además de los pies y los testículos.
¿Se puede curar?
Sí. Con un diagnóstico adecuado y realizando un tratamiento regular y completo la lepra se cura. La medicación que logra este fin es entregada en forma gratuita. Con frecuencia se emplea una combinación de medicamentos para combatir la infección. La duración del tratamiento varía entre 6 a 12 meses de acuerdo al tipo de lepra.
¿Cómo prevenir?
La mejor prevención para evitar la diseminación de la lepra es su detección precoz para instaurar cuanto antes el tratamiento adecuado. Además, las personas que convivan o hayan tenido un contacto estrecho con el enfermo deben ser examinados por un médico para descartar posibles contagios.